Nuestro país es el aliado number one de los EEUU, que independientemente de Demócratas y Republicanos tienen una fortaleza impresionante como Embajada de los USA en Asunción y a más de una docena de instituciones norteamericanas trabajando sobre y en Paraguay para determinar la magnitud de la exposición de nuestro país a cleptocracia e ineptocracia ampliadas con gigantescas corrupción y omnipotente impunidad así como a la magnitud del narcocotráfico, del crimen organizado y de los giros ilegales al exterior, también desde la Zona de la Triple Frontera, financiando carpas terroristas.
Además, Paraguay se ha vuelto el corredor y pasamanos de drogas fatales como Fentanilo, Cocaína, Crack y Heroína, entre otras. Last not least los marines del Comando Sur de los EEUU están bien posicionados en el Atlántico sur para, en caso encesario, entrar en acción de inmediato.
Como si todo fuera poco, han acusado a encumbrados políticos paraguayos como » significativamente corruptos » a los que les espera un destino similar al tenido por Manuel Noriega, militar, político y dictador panameño secuestrado desde Panamá con una invasión aérea militar estadounidense. Así como por otro lado y más recientemente, por Orlando Hernández, expresidente de Honduras, acusado por narcotráfico. Algo similar o peor les ha sucedido a numerosos y poderosos narcotraficantes de América Latina y el Caribe que han terminado con sus huesos en inexpugnables cárceles norteamericanas.
Gran parte de esos graves inconvenientes puede ser sustancialmente superada si el actual nuevo Gobierno paraguayo y sus sucesores encuentran fórmulas aceptables de convivencia pacífica con los mandatarios norteamericanos, cualquiera sea el elegido allá en las próximas elecciones.
Dr. Ricardo Rodríguez Silvero