Autor, Víctor González y Coello de Portugal

Más de un caviar se pone «colorado» cuando le preguntas sobre la inquebrantable resistencia a las presiones de una pequeña nación rodeada por unos poderosos vecinos con gobiernos extremistas de izquierda. En el norte, Bolivia gobernada por el siguiente narcogobierno de América; en el este, Brasil con un Lula, maestro de ceremonias del cartel formado por los gobiernos del Foro de Sao Paulo y de sus dirigentes del Grupo de Puebla; y en el sur, Argentina, con los Kirchner y su amor por lo ajeno. Pero Paraguay con una población de 7.554.796 millones de personas y un producto interior bruto, PIB, de 39.5 mil millones de dólares, no ha sido conquistada. Algunos dicen que es el David más pequeño contra el Goliat más grande de la historia.

No muchos conocen las constantes injerencias y presiones de sus vecinos, de otros gobiernos y especialmente de organismos supranacionales – ONU, UE etcétera – para que el Paraguay hinque la rodilla ante la agenda Woke y sus perversiones.

La sociedad paraguaya es de gente sencilla, conservadora. Las principales actividades del país son la agricultura y la ganadería. Un sector primario que siempre mira al cielo y a los distintos elementos de la naturaleza para su subsistencia. La climatología y sus inclemencias son determinantes. Probablemente sea su vínculo con la naturaleza, sus estaciones lo que marque más vivamente su manera de ser.

Difícil explicar a estas gentes, mamíferos todos, que eso del cromosoma 23 XX o XY es una tontería. Que la sexualidad no viene definida por las leyes de la biología, viene por el sentimiento de turno y que lo que hay son un número indefinido de «géneros”. Más difícil es convencerles que el niño en el vientre de su madre no es un ser humano, algo contrario a su tradición cristiana, su manera de entender y ser en el mundo. Los globalistas no entienden su oposición a las leyes ideológicas que obligan en España a las escuelas a enseñar, talleres de role play dados por asociaciones de LGTBI+, la estimulación sexual, la masturbación y demás a niños de 6, 7 u 8 años de edad.

Sus tres vecinos tienen todos los recursos naturales que una nación podría anhelar pero Paraguay careciendo de casi todos ellos prospera. Mientras tanto el gobierno de Bolivia nacionaliza los fondos de pensiones, su banco central se queda sin divisas y organiza un corralito a la Argentina. Sin embargo Paraguay mantiene políticas conservadoras contrarias al comunismo y al paso previo, el socialismo.

Tal vez por eso el salario mínimo de Argentina -179 dólares al mes- es el más bajo de la región, solo quedando detrás Venezuela, el de Brasil son 250 dólares al mes y el gobierno comunista de Arce ha subido el de Bolivia a 339 dólares al mes, que no podrá sostener en el tiempo y tendrá que devaluar aún más su moneda. No puede por lo tanto uno sorprenderse que sea esta pequeña nación soberana, Paraguay, la que tenga el salario mínimo más alto -370 dólares- y el endeudamiento más pequeño, 32%.

Esta independencia ideológica y económica es muy molesta para sus vecinos, para los organismos supranacionales y para todos los perro flauta. Yo aplaudo su valentía al defenderse de las injerencias, al decir no una y otra vez a las mentiras, a las presiones y en especial a la brisa bolivariana que asola la región y les doy las gracias por defender la verdad, la belleza y la Hispanidad.

Hoy toca al pueblo de Paraguay decidir sus gobernantes Dios quiera que se sigan poniendo colorados los caviares.

Necesitas contactarnos?