Economía social de mercado (ESM) es una “síntesis novedosa” que combina los elementos positivos de la economía de mercado, superando los negativos mediante la función reguladora del aparato estatal. Algunos la definen también como una mezcla eficiente entre elementos positivos de la economía de mercado y los positivos de la economía de planificación central, haciendo primar libre competencia en igualdad de oportunidades, con un aparato estatal que meramente establece reglas de juego, dotado de una función reguladora, para asegurar el funcionamiento del mercado y la compensación social.

ECONOMÍA DE MERCADO. Por ésta se entiende un sistema en el que rige la más amplia competencia posible, articulada en libre formación de precios, dentro de un escenario con claras, igualitarias y estables reglas de juego, en el que la iniciativa privada corre a cargo de la producción de bienes y servicios, salvo casos extremos y efímeros de “subsidiariedad”, dentro de Estado de Derecho en el sentido occidental del término, es decir bajo imperio de la ley y con gobernantes sometidos a elecciones, a controles y a alternabilidad. Piedras angulares de este escenario son rentabilidad, respeto a la propiedad privada, seguridad jurídica y apertura de los mercados a la competencia internacional. Se entiende por “subsidiariedad” aquellos casos en los que el aparato estatal asume la producción de bienes y servicios porque la necesidad de la sociedad entorno a los mismos ya ha sido articulada en forma de demanda, no estando el sector privado en condiciones de producirlos.

LA MÁS AMPLIA COMPETENCIA. Ocurre en una economía abierta, con libre formación de precios. Esto es erradicando concentraciones económicas excluyentes por vía de la oferta (monopolios y oligopolios) y de la demanda (monopsonios y oligopsonios) o su reducción a la mínima expresión posible. Si resulta imposible la eliminación de monopolios o monopsonios dentro del mercado interno por razones varias, dichas formaciones concentradoras deberán ser sometidas a la competencia internacional en igualdad de condiciones, de forma a asegurar que los consumidores puedan optar por bienes y servicios competitivos en precio y en calidad. En este contexto, el funcionamiento de la economía de mercado fomenta la eficiencia económica, es decir fortalecimiento de unidades productivas y reinversión de utilidades así como creación de puestos de trabajo. En la medida en que las unidades productivas logren bienes y servicios competitivos en precio y calidad, en esa misma medida se benefician los consumidores y se fortalece el aparato productivo.

ECONOMÍA LIBRE DE MERCADOLa humanidad ha puesto en práctica diversos sistemas económicos a lo largo de toda su historia. En los últimos siglos, después de haber superado las limitaciones intrínsecas a la fisiocracia y al mercantilismo, los países avanzados decidieron poner en práctica la economía libre de mercado, es decir dar rienda suelta a las fuerzas de la oferta y la demanda y viendo que la dinámica que surge del encuentro entre oferentes y demandantes logre un nivel de satisfacción de necesidades que pudiera ser calificado de bienestar general. En este sistema la fuerza propulsora del progreso residía fundamentalmente en el sector privado. Cuanto menos aparato estatal interviniera en la economía, mejor!

“ESTADO GUARDIÁN”. Esto hace alusión a la figura de que el sector público debería ocuparse sólo de establecer las reglas de juego y de velar por su cumplimiento, logrando el máximo grado de seguridad posible para los ciudadanos. La experimentación con este modelo económico ha tenido lugar fundamentalmente en América del Norte y en Europa occidental en los siglos XVIII y XIX. Se ha logrado demostrar que el funcionamiento de la economía de mercado en una primera fase fomentaba ciertamente la eficiencia económica y la competitividad, pero con el tiempo concentraba las fuerzas de mercado en formaciones monopólicas y oligopólicas que terminaban anulándolas. Además, la concentración del patrimonio y del ingreso en unos pocos estratos poblacionales condujo a una excesiva marginalidad social. Era la época del “ejército de desocupados y subocupados” así como de la miseria en las calles y en los suburbios, en donde la mendicidad afectaba a sectores desprotegidos, especialmente a ancianos, niños y mujeres así como a indígenas.

(Continuará)

Publicada el domingo 21 de mayo de 2023 en el diario Última Hora de Asunción, así como posteriormente en www.rsa.com.py y en redes sociales

Dr. Ricardo Rodríguez Silvero

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