En el frenesí por la obtención inmediata de fondos frescos para financiar el combate contra el corona-virus y para pagar a los trabajadores, tanto formales como informales, tanto administrativos como obreros y campesinos e indígenas, gran parte de ellos sin empleo por la recesión o con ingresos significativamente reducidos. También a fin de financiar fondos especiales para empresas en dificultades, sobre todo las micro-, pequeñas y medianas empresas MIPYMES. Y así mismo para las necesidades de un sector público con recaudación menor, empeorada por las pocas posibilidades reales de reducir sustancialmente y en el corto plazo la mala calidad del gasto público.

FONDOS YA UTILIZADOS. Como faltan recursos presupuestarios para atender imprevistos en esta crítica situación de la salud y de la economía, sobran argumentos para buscar nuevos fondos. A comienzos de junio de 2020 fueron gastados e invertidos ya unos 925 millones de dólares vs virus y recesión. Los 500 millones de USD suministrados por el BCP están en proceso de devolución total. Los fondos obtenidos por los bonos soberanos, ascendientes a unos 400 millones de USD, ya fueron así mismo casi todos utilizados. Además la construcción masiva de obras viales, viviendas, escuelas y alcantarillados, entre otras muchas, hará necesarios, con razón, centenares y centenares de millones de dólares más. En estos días se supo que el Poder Ejecutivo planteará un endeudamiento del Banco Nacional de Fomento y de la Agencia Financiera de Desarrollo por otros US 400 millones,

¡QUIÉNES LOS PAGAREMOS? Así las cosas, surgen dos cuestiones cardinales a ser respondidas: Una es de dónde se obtendrán tales multimillonarios fondos adicionales en dólares norteamericanos. Se los necesita ya ahora. La segunda cuestión es quiénes los pagaremos cuando vayan venciendo? Ya en algunos años serán centenares de millones de dólares a devolver. Estimaciones varias los posicionan en unos 3.000 millones de USD a ser gastados e invertidos tan sólo dentro de los próximos dos años. Los tendremos que pagar todos nosotros ya en esta década y con seguridad nuestros hijos y nietos en las posteriores. Sobre todo si no se reforma el Presupuesto General de la Nación ni el régimen de compras públicas.

BONOS SOBERANOS, MÁS RÁPIDOS. Obviamente, el Ejecutivo se halla reflexionando acerca de las estrategias para conseguir muchos millones de dólares más. ¿De dónde? Probablemente resulte más barato y rápido conseguirlos a través de la emisión de más  bonos soberanos a ser colocados en el exterior. Al respecto, hay experiencia a favor. Y los plazos para devolverlos y las tasas de interés son relativamente razonables. Si ellos no resultaren suficientes, ¿a dónde recurrir? A las instituciones multilaterales de asistencia crediticia también es posible y sus fondos son más favorables en plazos y tasas de interés. Sólo hay que saber que se necesitan más tiempo para su obtención.

IB? Algunos han propuesto endeudarse con Itaipú Binacional.  No existe hasta ahora en la Entidad Binacional Paraguayo-Brasileña ninguna solicitud formal de préstamo de parte del Gobierno paraguayo. Si ello ocurriera, las Altas Partes Contratantes tendrán primero que ponerse de acuerdo. Los documentos oficiales de la IB no hacen posible financiar otras actividades por sumas multimillonarias, que no sean las hidroeléctricas y conexas. La IB seguirá pagando deudas hasta el 2023. Para entonces habrá que decidirse sobre la tarifa y estarán pendientes de financiación varias obras de navegación así como dos turbinas más sin olvidar gastos e inversiones en mantenimiento y modernización, en áreas sociales y ambientales juntos con muchos más en obras de infraestructura en ambos países.

RMI? Lo que definitivamente no será posible es financiar el mega-endeudamiento con las Reservas Monetarias Internacionales de nuestro país. La Ley Orgánica del Banco Central Nº 489/95 modificada por la Ley N° 6.104/18 es clara al respecto en su artículo 61 “Objeto de la RMI”: “Las reservas monetarias internacionales del Banco Central del Paraguay están destinadas exclusivamente a mantener la normalidad en las transacciones en el mercado libre de cambio, a superar dificultades transitorias en la balanza de pagos y a preservar el valor externo de la moneda nacional.”

 Dr. Ricardo Rodríguez Silvero

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