El Mundial de Fútbol de Qatar se ha malvendido a un minúsculo pero poderosísimo país árabe, al que no le importan la observación de los derechos humanos ni la del Estado de Derecho ni las culturas democráticas, menos aún las del mundo occidental. Lo grave es que a los dirigentes de la FIFA tampoco. Al parecer, para organizadores y anfitriones lo importante es simplemente… el fútbol!

Dr. Ricardo Rodríguez Silvero.

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