Hasta fines de 2019, Paraguay gozaba de ciertos parámetros razonables de fortaleza macroeconómica (baja inflación, controlado endeudamiento y reducido déficit fiscal) así como de libertades (las más importantes), adoleciendo sin embargo de frágil micro-economía por su escaso acceso a créditos y a asistencia técnica, de problemas sociales (desempleo e informalidad) y ambientales de cuidado (deforestación masiva), pero ofreciendo masivamente productos alimenticios competitivos en calidad y precio al mercado mundial. A consecuencias de la irrupción del corona virus y a pesar del buen desempeño de nuestras autoridades de salud manteniéndolo bajo relativo control, nuestro país cayó en recesión. Los mencionados parámetros empeoraron ciertamente, en comparación con la historia contemporánea de nuestro país, pero seguían siendo mejores que en la mayoría de los países en América Latina y el Caribe (ALC).

A NIVEL GLOBAL. Utilizando datos de mediados de 2019, ese desarrollo desigual pre-pandemia puede observarse en la nueva edición 2020 del Index de Libertad Económica, presentada públicamente en forma electrónica e impresa por el Instituto de Desarrollo del Pensamiento Patria Soñada (IDPPS) de Asunción, a partir de los resultados obtenidos por la Heritage Foundation de Washington DC. Los 4 aspectos claves de la libertad económica abordados por el Índice son: estado de derecho, intervención limitada del gobierno, apertura de mercados y eficiencia regulatoria, así como 12 componentes específicos insertos en ellos, a razón de 4×1, que son medidos y promediados anualmente. Los países cuantificados son clasificados en ”libres”, “mayormente libres”, moderadamente libres”, “mayormente no libres” y “reprimidos”. El vínculo positivo entre libertades económicas y desarrollo a largo plazo se halla demostrado por varios indicadores. Gracias a una limitada intervención del gobierno, entre otros factores y hasta entonces, el libre mercado impulsó cierto alivio de la pobreza, promoción del desarrollo humano, innovación y mejor protección ambiental.

HASTA 2019, MEJORAN CIERTAS LIBERTADES. La ligera mejoría en libertad económica de ALC en el Índice 2020 refleja puntajes algo más altos para los derechos de propiedad e indicadores de integridad del gobierno. Sin embargo, el puntaje general todavía está ligeramente por debajo del promedio mundial. Los cimientos de un mercado libre que funcione bien siguen siendo superficiales en muchos países latinoamericanos, con corrupción generalizada y protección aún débil de los derechos de propiedad, lo que agrava las debilidades sistémicas como la ineficiencia regulatoria y la inestabilidad monetaria causada por diversas distorsiones del mercado.

PARAGUAY. Exhibía un leve y alentador mejoramiento de puntuación general en el Índice 2020, con datos de 2019, pasando de 61,8 a 63,0; en el ranking mundial se ubicaba en la posición 80, mejor que la anterior. El país estaba con el puntaje 15 en el ranking regional de 32 países, tres posiciones más arriba y por encima del promedio regional. La mayoría de los países de ALC se hallaba en la categoría de «moderadamente libre», el grupo de 17 países donde se ubica Paraguay.

PANDEMIA 2020. Falta mucho por hacer todavía. No obstante, los Poderes del Estado, el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil, apoyados por la mayoría de los ciudadanos, adoptaron oportunas y firmes decisiones de salud pública, distancia social, suspensión de varias actividades económicas, confinamiento de infectados, cierre de fronteras, etc., aumentando la capacidad de centros asistenciales. Para aliviar la merma en ingresos monetarios, realizaron transferencias a los segmentos más vulnerables. A fin de ayudar a empresas afectadas y estimular la recuperación de la economía, crearon condiciones más favorables para el crédito bancario, elevando la cobertura del fondo de garantías de préstamos a las empresas. Estas y otras medidas se implementaron en el marco de una ley de emergencia sanitaria que elevó el endeudamiento a niveles sin precedentes: déficit fiscal proyectado -7%. Caída del PIB -3,5%.

Así las cosas, la pandemia tuvo ciertamente algunas repercusiones letales y considerable población infectada, pero a niveles relativamente reducidos y mejores que la inmensa mayoría de ALC. Esto se debió también a que Paraguay tiene apenas algo más de 7 millones de habitantes, escasas aglomeraciones urbanas y pocos atractivos turísticos que atraen multitudes.

Dr. Ricardo Rodríguez Silvero

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