Autor, Alejandro Borensztein
Habiendo transcurrido los primeros tres meses del gobierno ya podemos ir viendo de qué se trata.
Antes que nada, felicitamos al juez Ariel Lijo por haber sido postulado para integrar la Corte Suprema. Gran decisión del gobierno. No estando disponible Oyarbide por razones de fuerza mayor, sin dudas Lijo era la mejor alternativa. Congratulations.
Desde acá también lo apoyamos. Al fin y al cabo esta es una página de humor político. Lijo en la Corte nos suma.
Dicho esto, arrancamos la temporada N° 17 de las columnas domingueras con el objetivo de siempre: hacer un poquito más digerible esta realidad nacional, ahora ya definitivamente metidos en la Era Milei.
En ese sentido, habiendo transcurrido los primeros tres meses de gobierno, se puede ir esbozando alguna idea. Veamos.
De todos los inútiles que nos gobernaron en los últimos 20 años, este que tenemos ahora en la Rosada tiene el mérito de conservar intacto el crédito inicial y de mantener encendida la esperanza. El dato es especialmente relevante teniendo en cuenta que Javi no ayuda.
La razones de este logro son varias. Por un lado, se la estamos remando todos como locos. Más onda no le podemos poner.
Por el otro, la comparativa con sus antecesores sigue siendo decisiva, aunque tampoco da para cancherearla tanto. Comparado con el trío Alberto Cristina Massa, cualquiera es Gardel.
Sin embargo, esta es una ventaja de la que Milei no debería abusar. Hemos visto caerse del Olimpo a infinidad de dioses del cambio. La frase “esta vez es de verdad” ya la escuchamos veinte veces.
Hay una tercera razón por la cual la esperanza se mantiene: daría la sensación que después de el León no queda nada.
Basta mirar a los otros presidentes para comprobarlo. Ni hablar del presidente de la AFA y de la mayoría de los clubes de fútbol, pero vayamos a los presidentes de los partidos políticos. Empecemos por el del PJ.
El peronismo de Perón y Evita; el proyecto nacional y popular de Cafiero y Menem; el justicialismo que privatizó YPF y diez años después la estatizó; ese ancho movimiento donde, como decía el General, todos tienen cabida, desde Firmenich a López Rega, por citar algunos de sus principales malvivientes; el partido que inmortalizó a la cañonera que trasladó al General hacia el exilio vía Paraguay pero también el yate Bandido que trasladó a Insaurralde por la Costa del Sol; créase o no, este gran Partido Justicialista estuvo presidido hasta el viernes por Alberto Fernández.
El Topo, que se propuso destruir el peronismo y lo logró, siguió siendo el presidente del PJ. Quizá este dato explique el hecho de que el movimiento nacional y popular conducido por Cristina haya sido derrotado por Lilia Lemoine.
Finalmente el viernes se avivaron y lo rajaron a Alberto. En su reemplazo designaron una comisión llamada “Comisión de Acción Política”, posiblemente en homenaje a Perón y su famosa frase: “cuando quieras que algo no funcione creá una comisión.
Está nueva conducción está integrada, entre otros, por un neomarxista como Kicillof y por una antisemita llamada Lucía Corpacci que esta semana se hizo famosa por advertirle al rabino designado por Milei como embajador argentino en Israel que debe representar a la Argentina y no a Israel. También está la sobrina nieta de Eva Perón y una señora que nunca vimos, de apellido Rach Quiroga que, como decía Gila, debe ser una señora de saco gris que pasaba por allí y la pusieron. Completa la comisión Juan Manzur, posiblemente para que les consiga los remedios gratis y traiga las aceitunas para el copetín. Apuesto que cuando Cristina se enteró de todo debe haber lanzado su muletilla preferida: “son unos pelotudos”. Si los viera Perón se muere de vuelta. Moraleja, hoy por hoy el PJ no es un problema para el León.
Algo similar sucede en la UCR. Preside el partido Martín Lousteau que se hizo radical la semana pasada. La particularidad de esta gente es que Lousteau dice “vamos para allá” y después todos los legisladores, los gobernadores y los intendentes van para el otro lado. Nunca visto. El tipo vota “no” y todos sus senadores votan “si”. Ni que se hubieran puesto de acuerdo para joderlo. Se deben hablar entre ellos, “che, parece que mañana Martín se va a oponer a los acuerdos de pesca con Beijing, así que vayamos todos a la sesión disfrazados de marineros chinos y votamos lo contrario, dale?»
Nada debería extrañarnos de un partido cuyos dirigentes se dejaron robar por el kirchnerismo la bandera más importante de su historia: el Juicio a las Juntas y las políticas de DDHH. Si los vieran Yrigoyen, Balbín o Alfonsín, los tres se mueren de vuelta. Conclusión: los radicales tampoco son un problema para el León.
El PRO no se queda atrás. Dicen que esta semana asume Macri como presidente. Si bien esto no está oficialmente confirmado, ya trascendió la agenda de trabajo semanal del Gato. Los lunes se va a reunir con los legisladores del partido para evaluar la estrategia parlamentaria. Los martes serán las reuniones con los gobernadores y los intendentes del partido para definir las políticas ejecutivas. Los miércoles dará charlas en alguna universidad de Alabama, los jueves toca FIFA y los viernes tiene torneo de bridge. Obviamente, sábado y domingo descansa. Se ve que en el PRO se las arreglan con un presidente part time.
No es novedad. Si no supieron asumir su responsabilidad política en 2019 con 10.800.000 votos, ahora que sacaron 6.300.000 no le pidamos mejillones. Evidentemente, tampoco el PRO es un problema para Javi.
¿Cuál es entonces el verdadero problema de Milei? No está afuera. El problema de Javi es Javi. A él es a quien debemos hacerle un coaching permanente para que no estrelle el avión con todos nosotros arriba.
No podemos dejarle pasar hoy aquellas cosas que no le dejábamos pasar ayer a los responsables de este desastre. Si sigue haciendo algunas cositas va a llegar un momento en que no lo vamos a poder defender más. Por eso tenemos que enseñarle.
Empezando por un principio básico que debemos aplicar para mantener el rumbo correcto: las leyes están para ser cumplidas siempre, especialmente cuando no nos conviene.
Ejemplo, usted viene un domingo con toda la familia en el auto, manejando tranqui por Av. San Martín y al llegar a Gaona se le pone el semáforo en rojo. ¿Qué hace? Como buen ciudadano respetuoso de la ley, frena. Esa es fácil porque está domingueando.
El asunto se pone más difícil cuando el lunes usted viene por Av. del Libertador, el banco cierra en 10 minutos y a 50 metros ve que el semáforo ya está en amarillo. Ahí es cuando realmente hay que frenar.
Por eso este quilombo se resuelve con política, con institucionalidad y con la ley. Esto deberían entender los principales dirigentes y sus fanáticos. Todos ellos, los de las Fuerzas del Cielo, los de Ella y los de mis ojitos azules. De otro modo, esto no se arregla más.
Por suerte, con respecto a la ley, ahora pintó Lijo. Toda una garantía. Al menos una garantía para el divertimento, aunque solo sea una cortina de humo para terminar colando a otro mucho más divertido aún. No sería la primera vez. Veremos.
Es un placer estar de vuelta.
Empezó la temporada.
Publicado el 23 de marzo de 2024 en el diario Clarín de Argentina