Autor, Alejandro Borensztein
Va a ser muy divertido verlo a Massa explicando por qué como Presidente va a saber hacer lo que como Ministro de Economía no tuvo la menor idea.
Antes que nada, despedimos con emoción a Antonio Aracre, asesor estrella del “presidente”. Estrella fugaz pero estrella al fin. Cuando asumió el cargo, el 1 de febrero pasado, le habíamos deseado suerte pero también pronosticamos que no llegaría al otoño. Sin embargo, llegó. Felicitaciones. El 21 de marzo, cuando arrancó el otoño, no solo todavía estaba en su cargo sino que aguantó 27 días más. No diríamos que su gestión fue un éxito pero al menos se lleva ese logro. Good luck my friend.
Sin embargo el datito de la semana es la confirmación, tantas veces adelantada desde esta columna, que en diciembre Alberto se vuelve a la concesionaria. Sabia decisión. Mejor pájaro del usado en mano que cien volando. El video de la renuncia arranca diciendo: “Estamos en las vísperas de cumplir 20 años de la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia, el 25 de mayo”. Raro. En realidad no estamos en las vísperas porque para el 25 de mayo falta más de un mes. Las vísperas serían un par de dias antes, no 34. O son más burros de lo que suponemos o Alberto tenía el texto preparado para lanzarlo en “las vísperas” y algo lo obligó a adelantarlo.
Seguramente le advirtieron que, a la salida de la reunión partidaria del PJ donde el viernes se iba a delinear la estrategia electoral, el auto oficial no lo iba a llevar de vuelta a la Rosada sino que lo iba a dejar en la esquina de Coco Automotores. El “presidente” habrá entendido la indirecta y no tuvo más remedio que adelantar el videíto planeado para “las vísperas” antes de que lo bajen de un hondazo.
¿Consecuencias del anuncio? Una buena y una mala. La buena es que la campaña se pone mucho más divertida. La mala es que en diciembre nos quedamos sin Gabriela Cerruti. Pasado Alberto a pérdida, todo hace hace pensar que los planetas se van alineando hacia una nueva etapa política. Convengamos que, a 440 mangos el dólar, esa alineación nos está saliendo un poco cara. Tal vez alcanzaba con balancear y dejábamos la alineación para el 2024.
¿Que nos espera ahora? Analicemos. Mientras la oposición debate si los cambios estructurales se hacen tomando café con medialunas con el peronismo o corriéndolos a palos, el oficialismo se enfrenta a una encrucijada inédita. Deben decidir si se presentan con una fórmula de emergencia, arriesgándose a un resultado que avergüence al General, o poner en la cancha lo mejor que tienen y rezar para que la foto del tándem Perón/Evita tape el mamarracho que hizo el tandem Cristina/Alberto.
Bajemos esto a la Tierra y veamos opciones.
Plan 1. Fórmula con gobernadores. Hay varios disponibles: Uñac, Manzur, Quintela, Ziliotto. Toda gente que debe ser buenísima pero no la conoce ni el loro. Hay otros gobernadores más famosos como Insfrán, Zamora o Capitanich que, a los efectos del humor político son insuperables, pero que para ganar elecciones en una democracia moderna no serían lo más apropiado. Descartado.
Plan 2. Juan Grabois Presidente. Sí, amigo lector. Aunque usted no lo crea, el tipo ya se lanzó como candidato. Si bien Grabois cumple con una de las condiciones indispensables para ganar una elección, la de ser ampliamente conocido, su caso es muy particular. Justamente porque todos lo conocen es que no lo va a votar nadie. Listo.
Plan 3. Leopoldo Moreau. Sería espectacular. Ya fue el candidato presidencial de la UCR en el año 2003 contra Néstor y sacó 2,34% de los votos. Arruinada la UCR, se mudó al kirchnerismo y ahora es peronista de la primera hora. Para los que sueñan acabar con el peronismo sería el candidato ideal. Entraría en la historia como el hombre que logró lo imposible: enterrar a la UCR y al PJ al mismo tiempo. No creo que se lo permitan. Tachado.
Plan 4. Una fórmula joven, fresca, novedosa, moderna y querible mezclando muchachos como Wado De Pedro, Cafiero, Recalde, Larroque, Tailhade y así podemos ir descendiendo hasta llegar a Calígula. No superan ni las PASO pero, si les gusta modernitos, pueden probar nomás.
Párrafo al margen: el mismo viernes que el “presidente” anunció que se bajaba, Cafiero comparó el renunciamiento de Alberto con el de Evita en 1951. Sin dudas que este muchacho haya llegado a canciller sin saber hablar inglés es el menor de sus problemas.
Plan 5. El galán maduro: Daniel Yoli, diría Pagni. Un clásico. Tranquilamente podría tener 32 o 33 puntos. Para cantar la falta envido es imbatible, pero para ganar una elección va a tener que prenderle velas a Milei hasta que se le incendie La Ñata para que le robe millones de votos a Juntos por el Cambio.
Plan 6. Massa Presidente, con Cecilia Moreau, Tombolini, la esposa de Tombolini, los bolsos de la esposa de Tombolini, y toda la tribu. Analicemos el caso. Si por un supercohete que subió a 20 kilómetros de altura, que costó cientos de millones de dólares y que terminó explotado en mil pedazos, a Elon Musk lo aplaudieron como locos, entonces a Massa habría que pasearlo en andas. Llevó el dólar a 440 y la inflación a más del 100%. Massa es el cohete Saturno empujando a la Apolo 11 rumbo a la Luna. Va a ser muy divertido escucharlo explicar por qué como Presidente va a saber hacer lo que como Ministro de Economía no tuvo la más puta idea.
De formalizarse la candidatura presidencial de Sergio Massa se completaría una parábola fenomenal del kirchnerismo: Verbitsky, Vaca Narvaja, Firmenich, Carta Abierta y demás pibes para la liberación habrán votado a Scioli en 2015, a Alberto Fernández en 2019 y a Massa en 2023. Ni el Ingeniero Alsogaray tuvo tantas oportunidades seguidas de votar a la derecha. Honestamente, para eso se hubieran quedado en Sierra Maestra, con Boudou y Alicia Castro, alternando los habanos y las ametralladoras con las terrazas del Kavanagh.
Plan 7. Armar un equipo con las sobras de la cena de anoche: Tolosa Paz, Rossi, Solá, Insaurralde, Zannini, Magario, Ferraresi. Lindo plantel para jugar en el Nacional B.
Plan 8. Kicillof Presidente. Por suerte, dicen que no quiere saber nada y que va por su reelección. Considerando los miles de palos verdes en concepto de multas, juicios y malas negociaciones que nos costaron sus dos añitos como ministro de economía (2013/2015), mejor ni pensar lo que nos costarían cuatro años de este muchacho en la Rosada.
Plan 9. Berni Presidente. Nada mejor que él para enfrentar lo que Alberto definió este miércoles como la “derecha maldita”. Para eso, la fórmula Berni-Milani sería perfecta. En realidad, el mismo Alberto hubiera querido combatir a la “derecha maldita” pero no puede porque para eso debería pegarse cachetazos a sí mismo frente al espejo ya que durante años fue parte de ella. Luego vió la luz.
Plan 10. Kirchner/Kirchner. Así como en 1973 el General arrasó con la fórmula Perón/Perón (sacaron el 62% de los votos) y alcanzó su tercera presidencia del brazo de Isabelita, Cristina podría probar lo mismo con su hijo Máximo. Como con Cobos en 2007, esta vez el lema podría ser “Mamá, el nene y vos”. Linda fórmula. Ya que ellos se autoperciben como los verdaderos y únicos representantes del pueblo, de la Argentina y de la mar en coche, llegó el momento de demostrarlo. Vayan.
Plan de yapa. Cristina Presidenta, a secas. Sin dudas Ella sola es la que más votos puede juntar en el Frente de Todos. ¿Se animará a postergar el verso de la proscripción y lanzarse a la aventura? Si alguien le acerca una encuesta favorable, ni lo duden. ¿Tiene chances de ganar? Siempre hay chances, solo que no depende de ella sino que, una vez más, depende de que la oposición haga todo mal. Ojo, ya pasó.
Un triunfo de Cristina tiene una buena y una mala. La buena es que Coco Automotores se queda con Alberto para siempre. La mala es que con Cristina en la Rosada, lo vamos a terminar extrañando. Al fin y al cabo, de una u otra manera, la Ley de Oro Kirchnerista se cumple siempre.
Hasta cuando parece imposible.
Publicado el 22 de abril de 2023 en el diario Clarín de Argentina