Es recurrente de parte de nuestros conciudadanos el deseo impaciente de obtener de una persona autorizada un análisis claro y contundente de nuestro país sobre la realidad actual. Y tienen derecho a tenerlo. No obstante, es difícil llenar todas las expectativas. Depende de las áreas temáticas, de los enfoques, de los factores, de los indicadores y del método técnico-científico a ser utilizados, entre otros. ¿Se evaluará el Estado de Derecho, la Democracia y el sistema económico vigentes? ¿Será un análisis del desempeño de los Poderes del Estado y de otros organismos o instituciones previstos en la Constitución? ¿Se analizará la independencia del Poder Judicial de partidos políticos y de intereses creados? ¿Se verá hasta qué punto el narcoterrorismo afecta los órganos del Estado? ¿O se aguarda sólo el abordaje de cuestiones económicas o sociales o ambientales? Si fueran “sólo” éstas, van algunos ejemplos de tan abundante diversidad en temas:
- ¿Se enfocará solamente la coyuntura o también la estructura? ¿Sólo con enfoque local o también la región sudamericana o el hemisferio de las Américas o todo el mundo?
- ¿Se va a analizar solamente la fortaleza macro-económica, desagregada en crecimiento del PIB, control de la oferta monetaria, previsibilidad cambiaria, el déficit fiscal, la situación financiera y la tributaria?
- ¿Se pondrá lupa en los últimos años y meses? ¿Se harán también proyecciones sobre los próximos meses y sobre el mediano y largo plazo?
- ¿O se va a concentrar el análisis sólo en la micro-economía, es decir en los micro-empresarios y cuentapropistas urbanos, en los micro-emprendimientos y changas rurales o en general las actividades unipersonales?
- ¿O se va a analizar la justicia social, desmenuzándola en creación de puestos de trabajo con seguros médicos, el desempleo y subempleo así como la pobreza general y extrema, junto con servicios básicos que hacen al bienestar social, a saber alcantarillado y procesamiento de residuos orgánicos líquidos y sólidos, agua corriente, electricidad y conexiones telefónicas y electrónicas?
- ¿O se preferirá enfocar sólo el equilibrio medio-ambiental, con énfasis en la preservación de superficies boscosas nativas y en reforestaciones así como en la eliminación de tóxicos para agricultura y ganadería?
- ¿Se analizarán tal vez reformas tan necesarias y siempre postergadas, como la tributaria y la agraria, incorporando a obreros, campesinos y etnias indígenas a los beneficios del progreso económico, social y ambiental?
- ¿O tendrá prioridad la evaluación de la defensa y seguridad (física y jurídica) así como de la educación general, cívica y técnica?
- ¿O se pondrá énfasis en la balanza de pagos internacionales, analizando cada uno de sus mega-componentes, como la balanza comercial y de servicios (“Cuenta Corriente”) junto con la balanza de capital (“Cuenta de Inversiones y Préstamos”) vis-a-vis las reservas monetarias internacionales y la igualdad de oportunidades vs la integración en el mercado regional, hemisférico y mundial?
- ¿O se preferirá sopesar el año 2020 desde la pandemia del corona-virus, sin medicamentos exitosos hasta ahora y con probabilidades de seguir con ella en el 2021 o aún más? Se verá en qué quedó la mejora de la mala calidad del gasto público y a qué se han reducido la tan mentada fortaleza macroeconómica por el hiper-endeudamiento y la menguada responsabilidad fiscal?
Éstos son sólo 10 de los análisis más importantes a realizar en las áreas mencionadas (hay muchas otras), a la hora de preguntar qué tal está la coyuntura, la estructura y la integración de nuestro país al mercado mundial. Van numeradas para facilitar la referencia. No tienen orden de prioridad.
Será importante cerciorarse de que el destinatario de nuestras preguntas, una vez especificados temática, enfoque, factores influyentes y datos a ser abordados, esté en condiciones de responderlas. Probablemente nos demos cuenta, apenas formuladas, que no siempre es posible procesarlas a cabalidad. Que a tal efecto se necesitará conocimiento, experiencia y know how. No todos los tienen. Por eso es preocupante la rapidez con que algunos condenan la opinión de alguien respondiendo sobre uno o más de estos temas. Tal vez sea una entrevista de sólo unos minutos para la radio o TV o de pocas líneas para la prensa escrita. No hay entonces tiempo ni espacio para responder adecuadamente.
Dr. Ricardo Rodríguez Silvero